Qué valioso me parece ese momento en que uno mismo o una misma decide decir basta a una manera de funcionar caducada, que ya no sirve. Leí que ‘Decidir’ quiere decir ‘cortar’ en latín. Cuando una decide, es cuando elije conscientemente cortar con lo tóxico, dañino, no válido, que apesta. Después de ese gran momento, viene la cruzada. Al principo, la cruzada parece un desierto desolado, que huele a muerte, con tormentas de arena que más que clarificar, parecen confundir más. El miedo acompaña cada segundo de tiempo. Pero si seguimos caminando, paso a paso, confiando en algo más grande, un día llega la calma, aparece el sol y el mar, ese abrazo nunca recibido, ese permiso para Ser, ese espacio interior nunca habitado. Y qué maravilloso es ese encuentro interior. Volveran las tormentas una y otra vez, pero ya sabiendo y comprendiendo algo que ni nos imaginábamos antes de ‘decidir’ cortar con lo antiguo.
Este fin de semana inicié una nueva cruzada para mí al mismo tiempo que acompaño la de 15 personas maravillosas con las que compartiremos barco los próximos tres años. Me siento agradecida y admirada por todas las personas que, como yo, han decidido.
Buenas noches